REVISTA INNOVA ITFIP, 11 (1). 91-115.DIC. 2022
En este sentido, es fundamental remitirse a la visión de los sofistas al respecto, cuando es válido preguntarse
si con estos códigos de conducta la situación puede mejorar “…la moral no es innata, no viene dada, sino que
exige voluntad y esfuerzo. Por eso hay que vincularla a la paideia, a la educación. (Bilbeny, N., & Camps ,
2019).
Aquí es donde adquiere su mayor relevancia la conciencia empresarial, enmarcada en la ejecución de Sistemas
Cumplimiento, específicamente en la implementación de la ISO 19600 requisito 7 de Apoyo.
Las
normas

ISO

son

dictadas

por

la

Organización

Internacional

de

Normalización

(ISO

son

sus

siglas

en
inglés). (Cerem Business School, 2015). Esta organización faculta la certificación y directrices, que sirven para
facilitar la estandarización y homologación de productos y procesos, de manera que se optimicen recursos en
los ámbitos organizacionales. La aportación, por tanto, de ISO es fundamental en la era de la globalización por
la que se atraviesa. (Cerem Business School, 2015).
Ya se había señalado como, los casos de fraude, corrupción y soborno
se presentan de manera global sin
distinción
de

sector

económico.

En

línea

directa,

existen

los

Sistemas

de

Gestión

Compliance

o

de
Cumplimiento que, si bien no reviste una obligación legal su implementación, si se convierten en un referente
de buenas prácticas. La guía busca adaptarse a las condiciones, contextos empresariales, socioeconómicos y
sobre todo, nivel de complejidad de las actividades de la organización, enmarcadas en los casos que se han
conocido en el mismo sector empresarial aplicable, y que pueden ser un punto de partida para conocer los retos
a los que se enfrentan.
En
su

ensayo

Ética

para

Amador

Fernando

Savater,

señala

el

camino

que

ha

guiado

este

tipo

de

buenas
prácticas
cuando

le

dice

a

su

hijo

“¿Qué

pretendo

decirte

poniendo

un

«haz

lo

que

quieras»

como

lema
fundamental de esa ética hacia la que vamos tanteando? Pues sencillamente (aunque luego resultará que no es
tan sencillo, me temo) que hay que dejarse de órdenes y costumbres, de premios y castigos, en una palabra, de
cuanto quiere dirigirte desde fuera, y que tienes que plantearte todo este asunto desde ti mismo, desde el fuero
interno de tu voluntad. No le preguntes a nadie qué es lo que debes hacer con tu vida: pregúntatelo a ti mismo.”
(Savater, 1991).
El poder de la ética reside en sí mismo, es un mensaje muy poderoso. Si reside en sí mismo, la sumatoria de
todas las éticas, se podría convertir en una fuerza transformadora. Así lo ha sido hasta desde el inicio de los
días hablando técnicamente desde cuándo se ha deliberado, hasta hoy.
Qué ha cambiado desde épocas anteriores, por ejemplo, que ya no se hacen en el mundo peleas donde los
hombres se matan unos a otros. La referencia es explicita a la lucha de gladiadores. (Ealer, 2016).
Pero, ¿qué tiene que ver esta situación, con el poder de la ética? Resulta que, con la caída del imperio romano,
se acabó una práctica execrable en el mundo. Ello posibilitó nuevos panoramas sociales, y con ello, exacerbar
nuevos principios, nuevos entendimientos, nuevas prácticas donde la sociedad proscribiera la muerte como un
deporte. ¿Se debe proscribir también la corrupción y el fraude como una práctica recurrente en la sociedad?