REVISTA INNOVA ITFIP, 11 (1). 91-115.DIC. 2022
señala
circunstancias, nunca tenemos un solo camino a seguir sino varios”. (Savater, 1991).
Empero,
funcionamiento en el marco de los principios y valores “decretados” en algún manual de cumplimiento? Esta
investigación considera que no es suficiente quedarse con estos lineamientos corporativos. Si éstos no están
enmarcados en una férrea defensa de la cultura corporativa de valores y principios éticos, y en la aplicación de
los mismos de cara a la ética corporativa, de nada servirá contar con un decálogo que diga qué hacer, cómo,
cuándo y por qué. Es fundamental en este contexto, tomar conciencia de los efectos de tomar una decisión
inadecuada, que pueda hacer mella en el cumplimiento de los objetivos organizacionales.
¿Dónde comenzó lo inmediato en cuanto a ética empresarial?
Era la época de las movilizaciones sociales en Estados Unidos, años de convulsión por guerras en la que el
país norteamericano se sorteaba en honor a la “libertad”. Mientras tanto, se cantaba en distintos escenarios con
voces de protesta a las circunstancias en las que se desenvolvían los hechos. Uno de ellos, y el más relevante
culturalmente fue Woodstock. ("Festival de Woodstock", 2020). Un sin número de artistas se daban cita para
corear mensajes de este tenor.
El “OK” nacía como mensaje anónimo, diciéndole a la sociedad estadounidense que, los suyos, otro día más,
no morían (Cero Kills) en los campos vietnamitas. Muchos mensajes cruzados, y a su vez, los mensajes claros
y concisos de corazones llenos de oro (Tears of rage, 1975), mensajes de empresas como Enron y
Andersen.
En este punto específico de la historia se halla el germen de la ética empresarial, por la publicidad de estos
escándalos, y lo que significó para la economía en su momento, precisamente cuando el país norteamericano
se
fangosos, los caminos de la corrupción. Así lo referenciaba la BBC;
“La crisis de Enron representa un rápido cambio de fortuna para una empresa que el año pasado anunció que
había tenido ganancias por más de US$1.000 millones y que recientemente ocupaba el lugar número siete en
la lista de las 500 empresas más importantes de EE.UU. compilada por la revista Fortune”. (BBC, 2001).
Desde
situamos hoy día en Colombia. No vamos a ahondar ni a profundizar en los casos empresariales que nos han
marcado desde esa época hasta nuestros días, pero si queremos a modo de referencia, situarnos en un contexto
de lo que para Colombia ha significado tener casos de fraude empresarial. Uno de los más publicitados, fue el
caso Interbolsa donde se estafaron 492 personas naturales y jurídicas bajo la metodología de incrementar la
acción de la empresa textilera Fabricato y subirla de forma excesiva para ganar más dinero por ella. ("La vida
después de Interbolsa", 2015).