REVISTA INNOVA ITFIP, 10 (1). 97-120. JUN. 2022
negocios pequeños cuyo retorno de la inversión no se reinvierte, pues los recursos son destinados,
además, al consumo de subsistencia familiar, más propio de países en vías de desarrollo.
Perspectivas actuales del emprendimiento
La amplia gama de estudios desde la economía sobre el emprendimiento pone una perspectiva,
muchos analistas recalcan la importancia de promover y fortalecer el emprendimiento como motor
de desarrollo social y económico. Según los distintos tipos de emprendimientos, éstos tienen la
capacidad de generar excedentes y que pueden reinvertirse en la consolidación del negocio. No
obstante, en los emprendimientos que son por necesidad no sucede lo mismo, y ponen en entredicho
su capacidad para generar equidad social debido a las capacidades y habilidades individuales que
requiere el oficio, que están condicionadas por factores importantes como el nivel educativo, el
liderazgo que son unas de las características del emprendimiento de alto impacto.
Actualmente, el ecosistema emprendedor colombiano está identificando oportunidades alrededor
de la economía naranja (Rodríguez &
López, 2019). Dando un paso adelante, y
emprendimiento más allá de las fronteras empresariales, Alonso, R. G., Thoene, U., Figueroa, A.
M., y Amaris, E. M. (2020) describen un ecosistema de emprendimiento social desde la Alianza
del
materia, aunque se aclara que el apoyo gubernamental es poco, se insisten en la complementariedad
e interdependencia entre las variables estudiadas. En América Latina, se requiere mejorar su sector
industrial, así como encontrar alternativas incluyentes de desarrollo que no dependan solo de la
actividad económica (Cassar, 2015). Por esto, se destaca la necesidad de estimular la innovación y
el Emprendimiento Social de la mano con la investigación, las tecnologías emergentes y nuevos
modelos
(Thoene y Turriago, 2017, p.17).
Se tiene que para el año 2018 la TEA se ubica en el 21.2%, en donde la tasa de emprendedores
nacientes
emprendedores
(Tibaduiza & Calderón, 2020). Así las cosas, dentro de la medición o análisis realizado dentro de
un rango del 2006 al 2018, el país ocupa el
4 lugar en la tasa de actividad emprendedora y la
séptima en el promedio global. Sin embargo, y teniendo en cuenta los nuevos empresarios que
llevan pagando salarios por más de 3.5 años, se ubicó en el 6.5%, un valor inferior al promedio
latino, ocupando Colombia el sexto lugar y a nivel mundial el puesto 27.