REVISTA INNOVA ITFIP, 10 (1). 68-78. JUN. 2022
juguetes, moda, música, publicidad, software, TV y radio, y videojuegos. En ese mismo sentido la
UNCTAD (2010) la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo: definió
que las industrias creativas están en el centro de la economía creativa, y se definen como ciclos de
producción de bienes y servicios que usan la creatividad y el capital intelectual como principal
insumo. Se clasifican por su papel como patrimonio, arte, medios y creaciones funcionales.
Por otro lado, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
UNESCO (2010) definen las Industrias Creativas como “sectores de actividad que tienen como
objeto
comercialización de bienes, servicios y actividades de contenido cultural, artístico o patrimonial”.
Siendo ésta una clara visión en la que se tiene en cuenta no solo el producto o el bien, sino también
el insumo principal: la creatividad y el factor humano.
Al
sector de las ideas y el conocimiento de propiedad intelectual demostrado en la evolución de libros,
cine, diseños, películas, videojuegos, entre otros. Ahora bien, según Ramírez y Rodríguez (2018),
la economía creativa se encuentra orientada en las producciones que generan un valor en razón de
prestar un bien o servicio, basados en la propiedad intelectual. Es por ello que la industria creativa
tiene su génesis en la creatividad como competencia individual, que permite la creación productos
o servicios con alto valor agregado para
y la explotación de la propiedad
intelectual.
Desde esta óptica, es pertinente realizar el abordaje conceptual de las industrias culturales, tomando
como referente la relación histórica de la cultura y la economía en la producción, comercialización
de productos o servicios culturales como generadores de identidad de cultural y social, como factor
clave que promueve el desarrollo económico de un país. Según Newbigin (2010). Las industrias
culturales son tan antiguas como la humanidad, por supuesto, los medios digitales y los miles de
empresas creativas que han surgido en el marco de la tecnología digital son recientes. Así mismo
(Avilés & Canizalez, 2015) definen “las industrias culturales son formas de producción y consumo
que tienen en su centro un elemento expresivo o simbólico, la creatividad humana y la innovación
a nivel individual y grupal son la clave que las impulsa”. Como se puede evid enciar existe una
disyuntiva
contempla como solución por consenso del concepto de industrias creativas y culturales (ICC) que
articula las diferentes actividades en sector de la música, el arte, arquitectura, la radio, el cine, la