REVISTA INNOVA ITFIP, 10 (1). 68-78. JUN. 2022
televisión, las ramas del arte y diseño, productos artesanales, las artes visuales, entre otras, que
están soportadas en la creatividad y las habilidades individuales en el desarrollo a la prop iedad
intelectual contribuyendo al desarrollo socioeconómico.
Desde
esta

perspectiva

la

UNESCO

(2013)

Organización

de

las

Naciones

Unidas

para

la
Educación, la Ciencia y la Cultura define. Las industrias culturales y creativas son aquellas que
combinan
la

creación,

la

producción

y

la

comercialización

de

contenidos

creativos

que

sean
intangibles y de naturaleza cultural. Estos contenidos están normalmente protegidos por el derecho
de autor y pueden tomar la forma de un bien o servicio. Incluyen además toda producción artística
o cultural, la arquitectura y la publicidad. Otro concepto que tiene gran relevancia es el de empresas
creativas y culturas que según la (UNCTAD, 2008). La cultura como un motor de desarrollo, capaz
de liderar el crecimiento de la economía creativa y en particular el de las industrias culturales y
creativas; este modelo económico es reconocido no solo por su valor económico, sino también por
su
rol

en

la

producción

de

nuevas

ideas

y

tecnologías,

y

por

sus

beneficios

sociales

no
necesariamente monetarios.
Por consiguiente, toda esta aproximación conceptual que se tiene en relación a los fundamentos
que
soportan

el

desarrollo

de

las

industrias

creativas

y

culturales,

enmarcada

en

la

economía
naranja, radica en las dinámicas económicas que han generado que tienen en relación directa su
crecimiento en los últimos años por su contribución al PIB producto interno bruto a nivel mundial,
la creación de riqueza y la generación de empleos. “el sector creativo es una fuente inmensa de
dinamismo para las economías de las Américas, con un crecimiento acelerado y el potencial de
generar creatividad, innovación y empresas a lo largo de un amplio rango de actividades” (Oxford
Economics, 2013, p3)
Por consiguiente, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desarrollo la compatibilidad de las
industrias
creativas

y

culturales

bajo

el

concepto

de:

economía

naranja”.

Según

(Buitrago

y
Duque, 2013). Es el conjunto de actividades que de manera encadenada permiten que las ideas se
transformen
en

bienes

y

servicios

culturales,

cuyo

valor

está

determinado

por

su

contenido

de
propiedad
intelectual.

El

universo

naranja

está

compuesto

por:

i)

la

Economía

Cultural

y

las
Industrias Creativas, en cuya intersección se encuentran las Industrias Culturales Convencionales;
y ii) las áreas de soporte para la creatividad.
En el país se consolida el concepto de economía naranja con la promulgación de la (Ley 1834 de
2017) propende por desarrollar, fomentar, incentivar y proteger las industrias creativas. Estas son
entendidas como aquellas industrias que generan valor en razón de sus bienes y servicios, los cuales