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REVISTA INNOVA ITFIP, 9 (1). 44-56. DIC. 2021
Schumpeter (1942) se enfocó en el rol del empresario – emprendedor – al momento de aprovechar
las
"combinaciones" de productores y medios de producción, que incluye nuevos productos, nuevos
métodos de producción, apertura de nuevos mercados, utilización de nuevas materias primas e
incluso la reorganización de un sector del país (Schumpeter, 1942).
De
hincapié en el rol de la empresa en la innovación, así mismo sugería que en la medida que el
conocimiento científico se acumulaba se generaba una inversión en I + D por debajo del cual una
empresa
Schumpeter (1942) en el contexto actual podrían aludir que la primera teoría resulta efectiva en
áreas
revolucionarias de productos, mientras que la última teoría podría ser válida para la innovación de
procesos
grandes sistemas.
Clayton Magleby Christensen
Foster
entorno al impacto de las tecnologías y la innovación. Sin embargo, es hasta la década de los años
noventa cuando se empezaron a publicar diversos artículos sobre la influencia de la tecnología y
los mercados que condujeron a la teoría de la disrupción tecnológica de Christensen (1997).
La
establecidas, frecuentemente iniciando con pocos usuarios, que paulatinamente van aumentando al
tiempo en que desplazan una tecnología que anteriormente dominaba (Flavin, 2012). En contraste,
la
tecnología ya existente. De forma más precisa Christensen (1997) menciona:
“…lo que todas las tecnologías de mantenimiento tienen en común es que mejoran el
rendimiento de los productos establecidos... Las tecnologías disruptivas traen al mercado
una propuesta de valor muy diferente a la que había estado disponible anteriormente...
Los productos basados en tecnologías disruptivas suelen ser más baratos, más simples,
más pequeños y, con frecuencia, más cómodos de usar”… (Christensen, 1997, XV)
En años posteriores Christensen y Raynor (2003) cambiaron el vocablo de "tecnología disruptiva"
por
tecnología,