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REVISTA INNOVA ITFIP, 9 (1). 44-56. DIC. 2021
regularidad, la tecnología disruptiva resulta ser más económica, simple, conveniente y confiable
respecto a la dominante (Christensen, 1997).
De acuerdo con Libert et al., (2020), un claro ejemplo de innovación disruptiva es la transformación
digital, la cual relacionada con los procesos en las organizaciones se ha desarrollado más rápido en
esta década y potencializado durante la pandemia del covid-19 a través de lo que hoy se denomina
industria 4.0, donde la digitalización dentro de las organizaciones está avanzando a una velocidad
importante siendo la tendencia los procesos inteligentes y autónomos (Libert et al., 2020).
En un mundo que está pasando por una crisis a raíz de restricciones sanitarias por el covid-19, las
empresas se enfrentan a un número creciente de desafíos para poder hacer frente a las necesidades
de sus clientes, donde la capacidad de innovación es esencial ya que requiere de un corto tiempo
para cumplir con las expectativas (Deloitte, 2020). Gracias a esto se implementaron sistemas de
producción
inteligentes

para

crear

la

flexibilidad

y

la

capacidad

necesarias

de

producción

y
servicios (Deloitte, 2020). Es necesario advertir que el Covid-19 trajo una disrupción de innovación
masiva a la fuerza laboral, destacando la importancia de la proximidad física en el trabajo y en
estimular cambios en los modelos de negocio y el comportamiento del consumidor (Lund et al.,
2021).
Marco teórico
Innovación disruptiva:

Joseph Alois Shumpeter
Citando a Llewellyn Evans (2017) el término de innovación disruptiva y su estrecha relación con
la tecnología datan desde Schumpeter (1942) en su trabajo científico "destrucción creativa", en
capitalismo, socialismo y democracia. Schumpeter (1942) consideraba que la innovación podía
tanto
crear

como

destruir

organizaciones.

Dicho

autor

fue

de

los

pioneros

en

identificar

la
naturaleza disruptiva del cambio tecnológico al observar que podría conducir a olas de “destrucción
creativa”.
La destrucción creativa puede definirse como la decadencia de viejas prácticas,
procedimientos,
productos
o

servicios

seguidos

de

otros

más

innovadores

y

disruptivos

(Schumpeter,

1942;
Utterback y Acee, 2005). La destrucción creativa se fundamenta en el supuesto de que es necesario
romper
los

paradigmas

antiguos

para

que

las

nuevas

innovaciones

puedan

beneficiarse

de

los
recursos y la energía existentes (Schumpeter, 1942 y Flavin, 2012).