84
capital y recursos naturales son complementados con
tecnología, infraestructura especializada, investigación,
conocimiento especializado o know-how, y alta cobertura
de servicios públicos, entre otros, para producir
ecientemente (Sánchez-Albavera y Lardé, 2006).
Dado que, la Responsabilidad Social Empresarial se
incorpora desde el enfoque de competitividad, debido
que trata de satisfacer las exigencias de los clientes
en materia ambiental y de relaciones sociales; al
mismo tiempo que, se obedece a las regulaciones
gubernamentales. Estos esfuerzos serán apreciados por
los clientes, ya que, al ser socialmente responsables, se
está generando un impacto positivo en el mercado, por
lo que los consumidores verán a la empresa con buena
voluntad (Ferrel y Hartline, 2006).
Para Cimoli (2010) la principal meta económica de
una nación es, generar riqueza que conduzca a lograr
un alto nivel de vida para sus ciudadanos, lo cual se
vincula a la competitividad y a la capacidad de conseguir
bienestar. Para este autor, la competitividad es un
proceso dinámico, donde interactúan constantemente las
empresas, industrias, países y el mundo en general, ya
que, la organización mediante la Responsabilidad Social
Empresarial logra maximizar sus impactos positivos y
minimizar los negativos al ser un miembro de la sociedad
que contribuye y se compromete con sus necesidades
y aspiraciones, por ello, la RSE signica ser un buen
administrador de los recursos económicos y humanos de
la sociedad.
Al reexionar sobre lo anterior, se puede armar que,
el enfoque de Responsabilidad Social Empresarial está
sobre los procesos que aseguran la capacidad de la
empresa, para responder a su entorno, ya que, esta
etapa tuvo una inclinación hacia las acciones de la
gerencia, caracterizada por el activismo social, aumento
del consumismo; incremento de la conciencia pública
sobre asuntos éticos, medioambientales; y aumento
de las presiones de grupos ambientalistas, defensores
de los consumidores, movimiento feminista, juventud
y movimientos pro derechos civiles. De manera que,
parte de la innovación y hace que las empresas logran
desarrollar esta capacidad puedan generar una ventaja
competitiva, puesto que los países deben crear sistemas
nacionales de innovación, los cuales determinan el ritmo
de generación, adaptación, adquisición y difusión de los
conocimientos tecnológicos hacia todas las actividades
productivas, determinando el nivel de productividad
(Merino de Diego, 2005).
En el enfoque de Carroll (1991), la sociedad expresa,
a través de las demandas sociales, cómo deben
comportarse las empresas, ya que la contribución
importante a la evolución y entendimiento de la
Responsabilidad Social Empresarial relacionadas con el
medio ambiente, expectativas de la sociedad y no con sus
objetivos, valores hace que la RSE no sea solamente una
obligación ética sino una estrategia gerencial orientada a
la acción. Para justicar su existencia, una empresa debe
cubrir las expectativas de la sociedad, de modo que, si
desea ser socialmente responsable, no solo tiene que
ser rentable, satisfacer las demandas de la ley, minimizar
o compensar sus efectos negativos (externalidades)
sino que también debe satisfacer las expectativas que la
sociedad tiene en ella y ser más competitiva.
Por tanto, mientras las empresas han sido siempre los
motores del desarrollo económico necesitan ser más
competitivas para lograr equilibrar esta fortaleza con la
equidad social y protección del medio ambiente, no sólo
porque ellas han causado algunas de las condiciones
insostenibles sino además porque tienen acceso a los
recursos necesarios para atacar esos problemas. Al
respecto, Krugman (1994) sostiene que una empresa no
es competitiva cuando no puede cumplir con pagar a sus
trabajadores, proveedores y tenedores de bonos, por lo
que saldría del negocio, lo que quiere decir que no pudo
sostener su posición en el mercado.
En esencia, las organizaciones deben satisfacer no solo
las expectativas actuales de la sociedad sino también las
de las futuras generaciones, más aún, la preocupación
ambiental causó que la RSE se traslade del nivel teórico
y losóco hacia una dimensión más concreta y práctica:
la necesidad urgente de la empresa de responder a su
entorno. La creencia de que un país es más competitivo
si tiene una moneda más apreciada o un superávit
comercial más abultado ha sido desplazada en los
últimos años por una visión más integral de los factores
que contribuyen a la generación de valor, tanto a nivel
microeconómico como agregado (Banco Interamericano
de Desarrollo, 2008).
Por otra parte, la creciente atención sobre la globalización,
asuntos relacionados con las relaciones internacionales,
tales como el papel del Estado en los países en desarrollo
y la manera en que los negocios internacionales dañaban
a estos países, se convirtieron en elementos importantes
de la RSE, cuyo modelos prescriptivos y dimensionales
se basan en las responsabilidades económicas y
legales, versus las éticas y discrecionales/lantrópicas;
o los principios, procesos y políticas inherentes en el
Desempeño Social de la Empresa. Esto demuestra que,
Revista INNOVA ITFIP, 1 (1), 78-89 Enero - Diciembre 2017